Hemos escuchado a muchas personas decir que gastar dinero en una tarjeta es absurdo, y mucho más si es artesanal y su precio no son los apenas dos euros que cuestan las tarjetas industriales.
Lo que estas personas desconocen es que los artículos artesanales, sean estos tarjetas, cajas, joyería...., son el fruto de un cerebro imaginativo y un corazón inspirado; son el fruto de horas de trabajo: ir a los proveedores a ver material, escoger, pensar qué se puede hacer, comparar calidades, volver a casa, organizar, seleccionar, confeccionar, combinar, cortar, pegar, troquelar, decorar, escoger los sobres o hacerlos según el caso, embalar y guardar cuidadosamente para que no se estropee.
Las tarjetas están hechas por manos cuidadosas, siempre limpias; llevan impresas nuestra respiración y la música que siempre escuchamos para inspirarnos. Están selladas con el anhelo de que alguien las utilizará para expresar su agradecimiento, su cariño, sus felicitaciones....
¡¡Cuánto dinero gastamos en cosas que dañan nuestros cuerpos y nuestros sentidos, en cambio hemos perdido la capacidad para reconocer la belleza, el esfuerzo, la dedicación, la inspiración...!!
Aún no he olvidado el texto escrito de la primera tarjeta que me regalaron por mi cumpleaños, y decía así:
"Derrama flores por dondequiera que pases, porque ya no volverás a pasar por el mismo sitio"
¿Absurdo acompañar nuestros regalos con una tarjeta?
Creo que regalar una tarjeta u otro objeto de artesanía, es llenar de dulzura un mundo rebosante de ceguera.
Y ustedes, ¿que creen.........?
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